A todos nos enterneció el anuncio de Amazon en el que un perro no podía pasear ni disfrutar con su humano de una tarde de juegos porque estaba lesionado y no podía andar, así que su humano decidió comprarle una mochila para pasearlo sin que la lesión fuera un impedimento. ¿Lo recuerdas? Bueno, pues hoy quiero hablarte un poco sobre los diferentes tipos de mochila que hay para perros, qué utilidad tienen y en qué ocasiones puedes usarlas.
Para empezar sobra decir que la mochila no es un accesorio de capricho. No debe comprarse una mochila para llevar al perro por costumbre, lo digo porque muchas personas que son adoptantes de perros miniatura cogen la mala costumbre de pasear siempre con su Yorki o su Chihuahua en un cesto o una mochila. ¿Qué diferencia hay entre estos perros y un San Bernardo? Me dirás: «claro, es que un San Bernardo no lo puedo cargar en una mochila». Por supuesto, entonces ¿Por qué hacer esa diferencia? Un perro por muy pequeño que sea no deja de ser un perro, y como tal, necesita como el aire que respira oler todo lo que encuentre a su paso, interactuar con otros perros y personas, realizar actividad física y, en definitiva, vivir su mundo desde su altura, no desde la altura que le obliguemos a tener. De lo contrario, desarrollaremos en el perro una personalidad desequilibrada, ansiosa y antisocial.
Ahora bien, la mochila se vuelve un accesorio imprescindible en muchas ocasiones en las que el perro, por diferentes circunstancias, se ve obligado a necesitarla:
- Cuando es cachorro y es vulnerable ante peligros en forma de bacterias. Un cachorro está ávido de vivir experiencias pero muchas veces no puede pasear por depende qué suelo ya que ponemos en riesgo su salud. Por eso y para evitar que el cachorro pase sus cuatro primeros meses de vida encerrado entre cuatro paredes, una mochila se convierte en el accesorio perfecto para enseñarle un mundo nuevo en el exterior de su hogar.
- Cuando, como he comentado antes con el ejemplo, sufre una lesión temporal que le impide hacer vida normal, pero no por ello, queremos que se quede encerrado en casa. Un paseo con mochila hará que el perro pueda seguir con su rutina de paseos aunque sea colgado de su humano.
- Cuando queremos llevarlo de excursión y practicar senderismo pero el camino se le hace demasiado pesado. Nos ha pasado con Uma, que muchas veces empieza con un ritmo frenético y llega un momento cuando llevamos varias horas andando, en que hay que animarla a que lleve un ritmo más ligero para llegar a destino. En este sentido, una mochila es perfecta para ayudarla a no forzar la caminata.
- Cuando la artrosis y/o artritis le impide hacer todo lo que había hecho hasta ahora. Llega un momento en la vida de todo perro en que los problemas de la vejez asoman en forma de artritis, artrosis, dolor de huesos, sin embargo, el ánimo siempre es el de hacer más de lo que puede. Como nosotros sí podemos controlar que no se exceda en sus actividades, una mochila para un perro abuelete es perfecta para que el ánimo no decaiga y su cuerpo no se resienta.
- Cuando queremos acceder a depende qué lugares en los que el perro no es muy bienvenido. El miedo que tienen muchos espacios es que el perro se orine donde no debe. Con una mochila, se facilita mucho más la entrada a comercios, servicios, tiendas, etc. donde el perro puede acompañar a su humano sin que pueda dar algún disgusto en forma de accidente líquido o sólido.
- Cuando viajamos, ya sea en avión, en metro, en tren, en barco o en coche.
- Etc.
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