Los perros con ansiedad por la comida sufren y es que la ansiedad o voracidad por la comida es una alteración de conducta común entre peludos.
Esta ansiedad puede tener su origen en diferentes causas, ya sea por su propio instinto de supervivencia, por liberación de cortisol, por patologías que afectan a la absorción de nutrientes, por la falta de actividad o traumas que se enquistan de forma conductual.
Sea por la causa que sea, la ansiedad por la comida es una realidad que debemos cambiar para tratar de fomentar una buena salud a nuestro perro.
Para comprender bien lo que es la ansiedad por la comida, lo más importante es que la diferenciemos del hambre.
Cuando un perro pasa hambre, éste baja de peso.
Puede volverse agresivo al sacar su instinto depredador al no estar cubiertas sus necesidades nutricionales.
Cuando un perro tiene alguna patología relacionada con la absorción de nutrientes, o por ejemplo las razas pequeñas que son más propensas a sufrir hipoglucemias, no solo deberemos observar las kcal de consumo diario, sino las veces que necesitan comer al día por orden de su metabolismo.
Estos casos pueden llegar a provocar ansiedad por la comida.
Las necesidades nutricionales de los peludos varían según el tamaño, la edad, las posibles patologías o el mismo ambiente.
Según como sea el tamaño del estómago del peludo, hay perros que solo necesitan comer una vez al día, pero esto no se aplica en todos los casos.
La ayuda de un profesional de la salud nutricional funcional nos ayudará a detectar si nuestro perro sufre ansiedad por la comida o, en su defecto, está pasando hambre.
¿Cómo detectar si mi perro se queda con hambre o es voracidad?
Es posible que se dé voracidad en procesos de transición de dietas secas (piensos) a comidas naturales que contienen un 70% de humedad.
Sin embargo, este comportamiento se considera ansioso transitorio y es un proceso completamente normal cuando se da un cambio en la alimentación.
Si el alimento es seco, el metabolismo deberá esforzarse por absorber nutrientes y recurrir a altas ingestas de agua.
En consecuencia, se generarán digestiones pesadas.
Por ello, al introducir dietas de fácil absorción y digestión, se sentirán ligeros y con deseo de comer y repetir.
Por este motivo, podemos llegar a confundir voracidad con hambre.
En estos casos, a la que integran estas sensaciones de ligereza en sus digestiones, la voracidad suele desaparecer.
Uno de los peligros de confundir hambre con voracidad, es que si creemos que están pasando hambre tenderemos a sobrealimentarlos, acentuando así su ansiedad por la comida y dando pie a originar posibles patologías como obesidad, problemas hepáticos y/o arteriales.
¿Qué podemos hacer para disminuir la ansiedad por la comida?
Hay varias maneras:
Establecer horarios de comida:
El perro es un animal rutinario en hábitos alimentarios, por eso, aconsejamos ofrecer la comida siempre a las mismas horas.
Si nuestro peludo tiene un horario estricto de comidas, su cuerpo se regulará como un reloj y estará preparado para comer cuando le toque, sin tener esa ansiedad por no saber cuándo le toca su siguiente ración.
Aumento de tomas (no de kcal/día)
En cachorros menores de 6 meses, siempre deberemos ofrecer de 4 a 3 tomas diarias y después, cuando crecen más, podemos disminuir a dos tomas, incluso de adulto ofrecer solo una, si su metabolismo lo permite.
En el caso de los adultos voraces, no es aconsejable pasar a una sola ingesta diaria, porque la ansiedad se acentuará con tal de saciar la sensación de hambre que propicia la sensación de vacío en el estómago que suele producirse si se espacian mucho las tomas.
Si es necesario, volveremos a suministrar las dietas como en su etapa de cachorro, proporcionando de 2 a 3 tomas diarias.
De este modo, mantenemos activo el metabolismo del perro, absorbiendo nutrientes continuadamente, repartiendo su carga calórica y aumentando su sensación de saciedad.
Fomentar la masticación entre tomas
Con masticadores naturales o frutas como la manzana u hortalizas como la zanahoria, podremos llegar a reducir la producción de cortisol.
De este modo liberaremos serotonina y de esta forma ayudaremos a disminuir su ansiedad.
Proporcionar una alimentación natural
Teniendo en cuenta que los perros son carnívoros facultativos y que su fisiología le exige alimentarse en mayor proporción de proteína animal para el buen funcionamiento de su metabolismo, deberemos procurar ofrecer dietas naturales con proteínas de calidad, para una buena absorción de triptófanos.
Cuanto mayor sea la calidad y digestibilidad de las proteínas, los aminoácidos que estas contengan, estarán más biodisponibles.
Es decir, facilitaremos al organismo beneficiarse de su efectividad.
Deberemos escoger un menú que esté equilibrado a nivel de macronutrientes (proteínas, grasas y fibras de calidad).
Por otro lado, sería necesaria la ayuda de expertos nutricionistas que puedan garantizar una dieta equilibrada adecuada a las características del peludo, suplementando si fuera necesario.
NaturalWil ofrece este servicio, a través de una dieta natural cocinada adaptada a las necesidades del peludo.
Muchas personas quieren alimentar adecuadamente a su perro, pero no disponen de tiempo, por lo que NaturalWil les propone una muy buena solución.
Para los más voraces, comederos anti-voracidad
Si a pesar de haber probado con las anteriores recomendaciones no logramos saciar su apetito, probaremos con comederos anti-voracidad, que están diseñados exclusivamente para ralentizar la ingesta.
Se trata de unos cuencos con relieve en el fondo que no permiten que nuestro perro engulla.
Dan muy buenos resultados porque obligan al peludo a comer de forma pausada, gracias a los obstáculos que se encuentra.
Evitar estímulos excitantes a la hora de comer
Cuando un perro es voraz y dejamos su cuenco lleno de comida en el suelo, su tendencia ansiosa hará que vaya corriendo a devorarlo.
Por ello, es importante no sobreexcitarlo en el momento de servir su comida.
Deberemos intentar transmitirle calma, trabajando un estímulo que lo mantenga tranquilo antes de su hora de comer.
Por ejemplo, podemos hacer que se siente, mediante una orden de forma amable, para intentar hacer disminuir esta conducta ansiosa.
Conclusión sobre los perros con ansiedad por la comida
Existen infinitas metodologías para reducir este comportamiento que desarrollan algunos perros con ansiedad por la comida.
Un animal que se presenta tranquilo a la hora de comer, estará considerado como sano en términos de nutrición.
La ansiedad por la comida puede ser causa de problemas importantes como podría ser la torsión estomacal, y es por eso que deberemos tratar de combatir esta conducta.
Es importante que sepamos que, detectar esta conducta ansiosa, puede ser señal de que nuestro perrito padezca un deterioro de órganos implicados en el metabolismo.
Por ello siempre recomendamos consultar con un profesional.