Hoy hemos ido al veterinario. Le tocaba la cuarta vacuna, la vacuna de la rabia, y la revisión del estado de su glándula lagrimal. Uma es una campeona. Mira que la vacuna de la rabia pica, pues ha estado más pendiente de la golosina que le daban que del dolor del pinchazo. Hasta la veterinaria se ha sorprendido de que no se quejara lo más mínimo.
El caso es que la ha pesado (ya pesa 3 kilos 900 gramos) y le ha revisado la glándula. Aunque la tiene en buen estado, no quiere esperar hasta los 6 meses, porque una glándula expuesta durante tanto tiempo al exterior no es nada bueno, así que como pasado mañana ya cumple 4 meses, el próximo 22 de abril será el día en que la duerman y procedan a devolver a su sitio la glándula lagrimal.
La operación es muy sencilla, ni siquiera tendrán que abrirle porque el ojo ya de por sí es una obertura natural. Tan solo tendrán que darle unos puntitos para enganchar la glándula a un cartílago bajo el ojo, ¡y listos! Una operación muy sencilla pero claro, requiere de anestesia, que nunca es agradable.
Además, la buena noticia, es que podemos dejar descansar a Uma del embudo, con mucha vigilancia para que no roce con nada, así que he aprovechado para hacerle una foto de su perfil bueno.
Qué gusto poder liberarla de ese incómodo collar que, a decir verdad, ya se ha convertido en una prolongación de su cuerpo. Ella ya está tan acostumbrada que cuando se lo hemos quitado… ¡lo buscaba para que se lo volviéramos a poner!
Finalmente se ha acabado acostumbrado a las gotas, así que ya no necesitamos una «camisa de fuerza». Yo sola puedo ponerle las gotas y ella espera con el ojo abierto a que le caiga dentro para volver a sus cosas.
Está siendo súper buena enferma, como sea así con todo, nos ha tocado la lotería.
1 comentario
Os ha tocado la lotería porque es buenísima y preciosa. Su carita me recuerda mucho a mi perrita solo que en marrón, por eso pienso que Uma es mezcla de Bichón Maltés y Yorkshire.