Aprovechando que ayer pusimos la vacuna de la leishmaniasis a Uma por primera vez en su vida, queremos contaros nuestra experiencia.
Los que no seguís desde hace tiempo, sabéis que hemos tratado infinidad de veces el tema de la leishmaniasis en perros.
Normal, cuando vivimos en pleno mediterráneo y donde el flebótomo se pasea como Pedro por su casa.
¡Le tengo pánico! Por eso siempre he combinado varias medidas de prevención contra el mosquito, ya que no hay ninguna que sea 100% eficaz.
La leishmaniasis es una enfermedad infecciosa causada por un parásito microscópico llamado Leishmania.
Esta enfermedad es transmitida por la picadura de un insecto llamado flebótomo, también conocido como mosquito de la arena.
La leishmaniasis puede afectar tanto a humanos como a animales, y puede manifestarse de diferentes maneras, desde una infección cutánea que causa úlceras en la piel hasta una infección sistémica que afecta a órganos internos como el hígado, el bazo y la médula ósea.
La enfermedad se encuentra en zonas muy cálidas de todo el mundo, y con el cambio climático y los años cada vez más calurosos, la leishmaniasis es una enfermedad que está al acecho permanentemente.
El origen de mi pánico es porque la leishmaniasis es una enfermedad crónica de la que no hay cura, y si bien, en muchos casos no es mortal si es tratada a tiempo, la calidad de vida del perro se ve mermada.
Así que ante cualquier duda, siempre es mejor acudir al veterinario y hacer un sencillo, indoloro y rápido test de leishmaniasis para tratar el perro lo antes posible en caso de que sea diagnosticado como portador de leishmania.
Métodos de prevención contra el flebótomo
Los métodos de prevención contra el flebótomo en perros incluyen medidas para evitar la exposición de los perros a estas picaduras.
Algunas de estas medidas incluyen:
- Utilizar collares repelentes de flebótomos, que contengan permetrina, deltametrina o flumetrina. Los más usados son collares que previenen durante un año contra su picadura. Nosotros con Uma usamos el collar de Scalibor, que tiene una eficacia de entre un 94 y un 98%, pero siempre es mejor combinar con otro método.
- Aplicar soluciones repelentes de insectos en la piel del perro, especialmente en las áreas expuestas.
- Vestir ropa protectora que cubra la mayor parte del cuerpo, especialmente durante el anochecer cuando los flebótomos son más activos.
- Mantener a los perros en áreas protegidas con mosquiteras o redes durante las horas del atardecer y el amanecer, cuando los flebótomos son más activos.
- Controlar la población de mosquitos en el hogar y en las áreas cercanas, eliminando cualquier lugar donde puedan reproducirse, como charcos de agua estancada.
- Realizar pruebas regulares de diagnóstico para la leishmaniasis en perros que viven en zonas endémicas de la enfermedad.
Es importante recordar que la prevención de la leishmaniasis en perros es una responsabilidad compartida entre los adoptantes, los gobiernos y las comunidades.
Es necesario implementar medidas de salud pública para controlar la población de flebótomos y llevar a cabo programas de educación y concienciación para informar a la población sobre los riesgos de la enfermedad y las medidas de prevención adecuadas.
Además, es recomendable vacunar a los perros contra la leishmaniasis para aumentar su protección contra la enfermedad.
Vacuna de la leishmaniasis
Tras la insistencia de nuestra veterinaria, este año aceptamos poner por primera vez la vacuna de la leishmaniasis a Uma, con ciertas reticencias por mi parte.
Lo confieso: las vacunas me dan miedo, más que nada, porque Uma suele tener reacciones siempre a las mismas.
Las vacunas anuales le producen hinchazón y picor durante 48 horas, y la vacuna de la rabia directamente la da alergia. ¡Menudo susto nos llevamos!
Además, la vacuna de la leishmaniasis es muy nueva, y al recién salir, hubieron muchos casos de perros que sufrieron graves consecuencias.
Hoy en día, la vacuna ha mejorado y apenas tiene efectos secundarios.
Desde que adopté a Uma siempre le había puesto el collar antiparasitario y unos meses antes de verano, le tenía que dar un jarabe llamado Leisguard.
El problema es que la administración de Leisguard es muy tediosa y tienes que recordar cuándo dársela, etc.
Por eso, este año, y ante el aumento de las colonias de flebótomos, acepté la vacuna de la leishmaniasis.
Test de leishmaniasis
El test de leishmaniasis en perros es el primer paso antes de la inoculación de la vacuna.
Es una prueba diagnóstica que se realiza para detectar la presencia de anticuerpos contra el parásito Leishmania en la sangre del animal.
La prueba se utiliza para determinar si el perro ha sido infectado con el parásito que causa la leishmaniasis.
El test de leishmaniasis en perros se realiza en el centro veterinario a partir de una muestra de sangre del perro.
La muestra se analiza mediante una técnica llamada ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay), que detecta la presencia de anticuerpos específicos contra Leishmania en la sangre del perro.
Los resultados de la prueba aparecen en 30 segundos, e indican si da negativo o, por contra, da positivo e indica que el perro ha estado expuesto al parásito y ha desarrollado una respuesta inmunitaria.
Uma dio negativo, por lo que enseguida se procedió a la inoculación de la vacuna de la leishmaniasis.
LetiFend
Letifend es el nombre de la vacuna que le han inoculado a Uma.
El objetivo es la inmunización activa de perros no infectados a partir de los 6 meses, para reducir el riesgo de desarrollar una infección activa y/o una enfermedad clínica tras la exposición a Leishmania infantum.
La eficacia de la vacuna ha sido demostrada en un estudio de campo: tiene una eficacia del 72%.
Desde la inoculación de la vacuna hasta que es eficaz con ese 72% pasan 28 días, por tanto, el mes de marzo o abril son los mejores meses para vacunar.
La duración de la inmunidad es de 1 año tras la vacunación.
Efectos de la vacuna de la leishmaniasis
Al igual que con cualquier vacuna, es posible que los perros experimenten algunos efectos secundarios después de recibir la vacuna contra la leishmaniasis.
Los efectos secundarios o reacciones adversas que se observaron fueron arañazos por rascado en el punto de inyección muy frecuentemente tras la administración de la vacuna en perros.
En caso de que aparezca, esta reacción desaparece antes de las 4 horas de forma espontánea.
En muy raras ocasiones se han notificado reacciones de hipersensibilidad (anafilaxia, manifestaciones cutáneas como
edema, urticaria o prurito).
Se han notificado síntomas de letargo, vómitos, diarrea e hipertermia tras la vacunación en muy raras ocasiones de acuerdo con los datos de seguridad obtenidos tras la comercialización.
Afortunadamente, Uma ni se enteró del pinchazo, no tuvo reacción en la piel de ningún tipo y cuando ya pensaba que le había sentado de maravilla, vomitó de madrugada.
Pero vamos, todo quedó en eso, así que estamos mucho más tranquilos.
Si tu perro muestra signos de reacción alérgica, como dificultad para respirar, hinchazón de la cara o la lengua, o colapso, debes buscar atención veterinaria de emergencia de inmediato.
Precio de la vacuna
El precio de la vacuna de la leishmaniasis en España puede variar dependiendo de la clínica veterinaria y de la zona geográfica en la que te encuentres.
Además, el precio también puede depender del fabricante y de la cantidad de dosis necesarias para completar el tratamiento.
En general, el coste de la vacuna de la leishmaniasis en España puede oscilar entre 60 y 100 euros por dosis.
A nosotros, la vacuna de la marca LetiFend nos costó 85€, y es una vacuna monodosis, es decir, que solo se pone una al año.
Sin embargo, algunos veterinarios ofrecen paquetes que incluyen varias dosis de la vacuna a un precio reducido.
No me canso de recordar que la vacuna no es 100% efectiva y no previene completamente la infección, por lo que es recomendable combinarla con otras medidas preventivas para reducir el riesgo de exposición al parásito.
Nosotros, como he mencionado anteriormente, combinamos el collar con la vacuna.
Siempre es mejor combinar varios métodos preventivos.
En breve, vamos a viajar al mediterráneo y queremos viajar con la tranquilidad de que Uma estará protegida contra el puñetero mosquito.
¿Y tú? ¿Le has puesto la vacuna de la leishmaniasis a tu perro? ¿Lo combinas con otros métodos preventivos? ¡Cuéntame!