La prevención y el tratamiento de parásitos es el mayor cuidado que requieren los perros, pero se complica un poco si hay otras mascotas como los gatos.
Para solucionarlo, hay diferentes tipos y tratamientos contra estas infecciones, pero también habrá que conocer lo básico para entender si le pasa algo a cualquiera de los dos.
Uno de los temas de más preocupación para los adoptantes de perros es saber cómo controlar sus parásitos, porque también son la “puerta de entrada” para que lleguen otros, y con ellos, enfermedades graves.
Es bastante normal tener también gatos en casa en la actualidad, y desgraciadamente, los parásitos son parte normal de su vida, lo que aumenta el riesgo de infección en los caninos.
Tipos de parásitos
Los parasitos en gatos y perros se categorizan en dos tipos de acuerdo al sitio en el que estén.
Los parásitos externos son los que están sobre el animal, es decir, en pelaje, piel y orejas.
En cambio, los internos son los que se alojan dentro de su cuerpo, y en su mayoría lo hacen en el estómago, aunque algunos también llegan al corazón y los pulmones.
Dentro de los parásitos externos, las pulgas son las más comunes y la principal fuente de preocupación de los cuidadores.
De hecho, algunos perros tienen la piel muy sensible y llegan a desarrollar una dermatitis alérgica a las picaduras.
El síntoma principal es el rascado porque las pulgas son insectos que se alimentan de sangre.
En cambio, las garrapatas son mucho menos habituales.
Se alimentan de la misma forma que las pulgas, con la sangre del huésped, pero las garrapatas se quedan enganchadas en la parte del cuerpo desde la que se estén alimentando.
Son algo difíciles de contagiar, así que no suelen ser motivo de mayor preocupación.
Mientras, los piojos son atraídos más que todo por los gatos más débiles, es decir, los enfermos y los más jóvenes, y de aquí suelen llegar a los perros en casa.
También están los ácaros que se instalan en la piel y causan problemas como la otitis y la sarna. Además, están los hongos y los gusanos barrenadores, que provocan gusaneras en las heridas abiertas.
Por otro lado, entre los parásitos internos hay tres intestinales que afectan más frecuentemente a las mascotas.
El primero son las tenias, bastante reconocibles, porque sus huevos se ven en las heces en forma de arroz.
La anquilostomas se adhieren a la pared del intestino para alimentarse, lo que provocan hemorragias que se evidencian como diarreas con sangre y anemia.
Mientras, los perros y gatos con gusanos redondos, tienen el abdomen hinchado. Éstos pueden pasar al corazón y los pulmones si proliferan demasiado.
Algunos métodos para desparasitar
Aprender como desparasitar a un gato es importante para mantener sanos a los perros en casa, aunque no sea tan evidente.
La razón es que ambos animales tienden a interactuar y se contagian entre sí los parásitos. Esto es especialmente peligroso si llega a los perros porque normalmente interactúan mucho con los humanos.
Por eso, desparasitar es fundamental y conocer los diferentes métodos para desparasitar te puede ayudar a tomar una decisión.
Lo que se aplica primero son pipetas en la parte de atrás del cuello de las mascotas, para que no se puedan lamer y hagan su infección más grande de lo que ya es.
Se coloca en diferentes dosis y en diferentes intervalos de tiempo, dependiendo de la marca. También sirven para la prevención.
Para los parásitos externos se usan sprays altamente efectivos, pero que no afectan a las mascotas.
Eliminan la plaga de forma inmediata, y tienen un tiempo de acción entre dos y cuatro semanas. Muchas veces son preferibles sobre las pastillas, porque son más fáciles de aplicar que los sprays, a pesar de que tengan el mismo efecto inmediato.
Los champús especiales para pulgas actúan contra garrapatas y piojos también. Ayudan a quitar estas plagas, pero no funcionan como tratamiento preventivo, y normalmente no son tan fuertes como los sprays.
Los collares parasitarios se usan como medida preventiva porque evitan que las plagas se adhieran al pelaje, pero no sirven para quitarlas una vez ya están en el cuerpo del animal.
Hay que cambiarlos con bastante frecuencia porque no dura mucho tiempo el efecto. Son muy útiles para proteger a los perros porque están habituados a usar collar.
Los parásitos internos son más delicados de tratar porque sus tratamientos tienen efectos muy diferentes entre sí.
En estos casos habrá que llevar a ambos animales al veterinario si se sospecha de alguna infección, porque es posible que uno de los dos todavía no haya desarrollado síntomas evidentes.