La comida procesada para perros es toda aquella que contenga elementos químicos para su conservación.
Estos componentes suelen estar muy presentes en los piensos, latas y en todo tipo de chuches y snacks que damos a nuestro perro a modo de premio, sin saber realmente las consecuencias que tiene esto para su organismo.
Si pensamos en comida procesada para humanos, es probable que nos venga enseguida a la cabeza palabras como comida basura, de mala o de baja calidad, alta en grasas y poco natural.
En épocas de estrés y poco tiempo, muchos de nosotros tendemos a recurrir a este tipo de alimentación, ya que es rápida, cómoda, y, a priori, saciante.
Entonces, ¿por qué no tenemos la misma reacción cuando hablamos de latas o piensos para perros?
Esto se explica porque llevamos una larga historia detrás de poca o mala información al respecto de la alimentación industrial para perros, aparte de mucha desinformación.
A esta desinformación, le debemos sumar el hecho de que son nuestros veterinarios quienes nos recomiendan estas comidas, incluso cuando nuestro perro se encuentra enfermo o tiene alguna alergia o intolerancia.
Esto ocurre porque los veterinarios no tienen formación en nutrición canina, así que es normal que no tengan la información completa sobre una alimentación adecuada para perros.
Por otra parte, es cierto que nadie nos ha enseñado a leer las etiquetas de las bolsas de pienso ni nadie nos ha formado para ello.
¿Cómo leemos correctamente una etiqueta para evitar comida procesada en perros?
No debemos de quedarnos solo con lo que dice el envoltorio, ya que el marketing de las marcas de comida procesada en perros va a encargarse de colocar etiquetas como “comida natural para perros” para tratar de captar nuestra atención.
Sin embargo, es importante que nos detengamos a leer la etiqueta de los componentes de la comida que estamos comprando a nuestro perro, que normalmente contendrá ingredientes como, por ejemplo el etiquetado de este pienso escogido al azar:
“Arroz, aislado de proteína de soja hidrolizada, grasas animales, hígado de ave hidrolizado, pulpa de remolacha, minerales, aceite de soja…”.
Cuando leemos la etiqueta de un pienso debemos tener en cuenta que el ingrediente principal del mismo es el primero de la lista.
En el caso de nuestro ejemplo, sería el arroz.
Hace ya tiempo se demostró que el arroz en grandes cantidades es perjudicial en los perros, pues es un carbohidrato que les cuesta de digerir y por consiguiente les inflama el tracto digestivo.
Además, es un alimento que su organismo convierte en glucosa y va directo a la sangre, pudiendo generar problemas de peso a la larga e incluso enfermedades como la diabetes.
Y la proteína animal ¿dónde la encontramos?
El perro es un animal carnívoro facultativo y su alimento principal debe ser la carne. En muchos piensos también encontraremos cosas del tipo: Pollo fresco 30%.
Debemos saber que de este “pollo fresco”, que por lo general son restos del animal propio y en ningún caso porciones de carne fresca de calidad, solo un 10% aproximadamente será el porcentaje real que quedará en la composición, pues para poder incluirlo en el proceso deben deshidratarlo antes.
Por lo tanto, es mejor leer: Pollo deshidratado 20%, pues sabemos que este al menos ya será el porcentaje real que quedará en la composición.
Sin embargo, la comida procesada está cocinada y suele someterse a temperaturas muy altas.
Estas temperaturas hacen que las propiedades de estos productos se pierdan por el proceso de cocción a esas temperaturas.
Dieta cocinada para perros
A lo largo de los años, nos han inculcado que el pienso es el alimento que mejor cubre las necesidades alimenticias de nuestro perro.
Pero si realmente él nos pudiera hablar, nos diría lo que realmente quiere comer y lo que se adapta perfectamente a su organismo (y no sería pienso).
Los perros no tienen un tracto digestivo preparado para asimilar procesos de cocción tan largos, ni los aditivos, conservantes y saborizantes que contienen la mayoría de piensos.
Así mismo, los ingredientes han sido degradados de tal forma que carecen de nutrientes y biodisponibilidad, y el perro así no puede asimilarlos.
Por todo ello, no es la mejor opción que puedes ofrecerle a tu perro y la prevención de enfermedades, pero sí lo es una dieta natural, por ejemplo.
Cuando el perro empezó a ser parte de la vida de los humanos, parte de su dieta se basaba en las sobras de los ganaderos.
Estas sobras y las presas que cazaban eran su comida, y si ponemos un poco de atención, veremos que no tiene nada que ver con el pienso o cualquier comida industrial procesada.
Alimentación natural para perros
Hoy en día, los perros no tienen necesidad de cazar y la vida humana hace que dispongamos de poco tiempo para cocinar.
Por ello, empresas familiares como Naturalwil son una solución buena para confiar la alimentación de tu peludo.
Es la que nosotros consumimos desde hace más de 2 años y no podemos estar más contentas.
Realizan menús diseñados por nutricionistas, que se adaptan a las necesidades nutricionales reales de los perros y a las características de cada uno.
Hay tres opciones de dieta para perros exigentes: dieta BARF, deshidratada y húmeda.
Para mí, todo son ventajas:
- Evito la comida procesada para perros.
- Alimento a Uma con ingredientes de calidad que cubren todas sus necesidades nutricionales.
- Es muy sabrosa, por tanto, nunca se cansa de comerla.
- Tengo siempre a mano la posibilidad de consultar a las nutricionistas cualquier duda que tenga.