Tras nuestro viaje a Bilbao, decidimos viajar con perro a La Rioja, una comunidad autónoma muy desconocida por nosotros y muy famosa por sus vinos.
Teníamos mucha curiosidad, sobre todo, por la fama de los viñedos, y la verdad es que una vez entramos en la Rioja, todo el paisaje cambió a vides y a grandes bodegas de vinos.
No somos muy bebedores de vino, pero de buen comer sí, así que nos dirigimos a Logroño, como no, a probar los famosos pinchos de la zona del Laurel.
Viajar con perro a La Rioja
Antes de iniciarnos con la ruta de los pinchos, quedamos con los humanos de @lucca.laloca, que serían los anfitriones de nuestra muy corta estancia en esta comunidad (¡solo un día!).
Con ellos callejeamos por las calles más importantes del casco viejo de la ciudad de Logroño, paseamos por el río y hasta nos dio tiempo de hacer alguna foto en el parque.
Tras un buen paseo, nos dirigimos a la zona del Laurel. ¡Qué ambientazo! Y lo que yo ignoraba es que cada bar servía su propio pincho, no una carta donde puedas elegir, no, no, la especialidad era un pincho y ya.
Iniciamos nuestra ruta del buen comer con unos pinchos de huevos rotos, seguidos de unos pinchos de champiñones y gamba, de tortilla, de hamburguesitas…
En fin, nosotros comimos, pero es que las dos peludas recogieron lo que pudieron de lo que se iba cayendo al suelo, así que esa noche disfrutamos todos.
Pernoctamos en Arnedo, en casa de los humanos de @lucca.laloca, y al día siguiente tras un buen desayuno nos fuimos de excursión a Enciso, a descubrir la senda de los dinosaurios.
Excursión a Enciso con perro
Enciso es un municipio al sur de La Rioja que tiene contabilizadas 1400 huellas de icnitas, es decir, huellas de dinosaurios. Hay diversos yacimientos de icnitas, nosotros fuimos al yacimiento de Valdecillo.
En este yacimiento, además de las icnitas muy claras que se pueden observar, encontramos cinco reproducciones a tamaño real de un Tarbosaurio (un dinosaurio carnívoro), un grupo familiar herbívoro compuesto por dos adultos y una cría y un Braquiosaurio de 23 metros de longitud.
La excursión es muy interesante ya que todo está señalizado por una ruta perfectamente señalizada, con paneles informativos y con unas vistas súper bonitas.
Esta huella pertenece a un terópodo y es una de las que mejor conservada está.
Tras ver algunas de las centenares de icnitas que se conservan, llegó el momento foto y, sin duda, la que más nos sorprendió fue la foto con el Braquiosaurio.
Tras esta divulgativa y divertida excursión en la que Uma pudo corretear libremente junto a Lucca, nos dirigimos de nuevo a Arnedo, donde nos invitaban a una barbacoa de carne con sarmiento, que es una manera de asar la carne a la parrilla pero con la leña de la vid.
Tras la comilona, Lucca y Uma tuvieron tiempo de jugar antes de nuestra marcha.
En menos de 24 horas conocimos un poco de La Rioja y lo poco que vimos nos encantó.
¡Muchas gracias a Celia y Emilio por su maravillosa acogida y por hacernos de guías!