Antes de que San Juan de Gaztelugatxe se hiciera súper famoso por ser Rocadragón en Juego de Tronos, yo ya le tenía echado el ojo a esta maravilla de la naturaleza.
Como comenté en el artículo de Viajar con perro a Bilbao y alrededores, fuimos dos veces a San Juan de Gaztelugatxe: la primera vez, vimos que la excursión nos iba a llevar más tiempo del que disponíamos (y además hacía un sol desintegrador) pero aprovechamos para hacer unas fotos que quedaron de lujo con el contraste del verde eléctrico de la vegetación con las tonalidades azules del mar y del cielo, y la segunda vez fue al día siguiente, con todo el tiempo del mundo y afortunadamente con el cielo encapotado, por lo que la caminata se llevó bastante mejor.
Excursión con perro a San Juan de Gaztelugatxe
San Juan de Gaztelugatxe es una ermita que se ubica en la cima de un islote unido a la tierra por 241 peldaños tallados en la roca. Una vez coronas la cima, es obligatorio tocar la campana tres veces y pedir un deseo.
Las vistas desde el islote al mar cantábrico y a los acantilados de la costa vasca son espectaculares.
Cuando llegas en coche te das cuenta de la cantidad de coches y turistas que hay, pero afortunadamente, hay zona de parking que facilita mucho las cosas.
Para controlar la entrada al islote hay dos puntos de control de acceso. En un principio pensábamos que nos iban a cobrar entrada, sin embargo, es un simple proceso de control para que la visita no se colapse de gente, ya que la subida por los peldaños al islote es algo estrecha.
En la entrada, te explican que hay dos puntos de acceso y salida: un punto con una pendiente muy pronunciada, que para bajarla va de lujo (de hecho es por la que entramos) y otro punto cuyo recorrido es bastante más largo pero la pendiente es menos pronunciada, que para subir es la que pillamos dada nuestra justa forma física (vamos, que si llego a coger la vuelta por la pendiente pronunciada es con varios parraques y síncopes por el camino de subida)
Una vez bajas el camino y carretera que lleva a los 241 peldaños, la afluencia de gente se va notando más ya que, como he comentado, la subida es algo estrecha y el calor te obliga a realizar alguna parada para beber agua.
Antes de iniciar los 241 peldaños de subida vale la pena a pararse a echar fotos a cualquier sitio donde mires porque todo parece una postal: la ermita, un islote que hay en el mar, los acantilados, el camino serpenteante de peldaños…
Una vez llegas a la cima, te das cuenta de que ha costado más el camino para llegar a los peldaños que la subida de los peldaños en sí, así que hasta te entra subidón y todo.
La ermita es preciosa. Sencilla y de estilo marinero. En su puerta principal pende la cuerda de la campana, que ya dicen que no puedes irte sin tocarla tres veces y pedir un deseo, eso sí, tienes que hacer cola debido a la cantidad de gente que hay.
Como decidimos hacer la vuelta por el camino largo, nos lo tomamos en plan relax, sentándonos en bancos que ibas encontrando por el camino ubicados en zonas panorámicas ideales para fotografiar.
Incluso nos encontramos una barca a mitad de camino en medio del campo para hacer un poco de postureo fotográfico.
Qué puedo decir… que no hace ni un mes que hemos ido y volveríamos a ir, así que si vais a viajar con perro por Euskadi no dudes en apuntarte como sitio de obligada visita San Juan de Gaztelugatxe.
Sin duda, un viaje con perro que no olvidaréis ninguno.