Viajar con perro en barco Ibiza – Denia – Ibiza

por admin
viajar con perro en barco

La primera vez que íbamos a viajar con perro en barco lo hicimos asustados e intranquilos por Uma. Fue por el año 2018.

Ahora, en el 2023, hemos viajado más de una decena de veces, y la verdad es que cada viaje ha ido a mejor.

¡Os contamos nuestra experiencia!

Viajar con perro en barco de Ibiza a Denia

Viajamos de Ibiza a Denia con el fast ferry Cecilia Payne de la compañía Balearia.

Habíamos elegido el fast ferry por su rapidez: en tan solo 2 horas llegaríamos a destino.

Antes de comprar los billetes preparé todo lo que leí en su web que me haría falta en el momento del embarque.

Puse en mi bolso el pasaporte de Uma, un bozal para cuando pasáramos por cubierta y el collar y la correa.

Sin embargo, ni a la ida ni a la vuelta nos pidieron ningún tipo de documentación del perro y mucho menos nos dijeron nada sobre el bozal.

En el viaje de ida, el trayecto de Ibiza a Denia, salimos de la isla a las 11 muy puntualmente y llegamos a las 13 horas a destino.

Afortunadamente tuvimos muy buen viaje, sin embargo, he de confesar que estuve intranquila al no saber cómo estaba Uma.

Embarcamos por el acceso de pasajeros, Uma siempre andando con correa por el barco hasta la zona de jaulas.

Esta zona está ubicada en cubierta y me tranquilizó que la temperatura estuviera bien, ya que en pleno julio hacía mucho calor.

Esta zona al estar resguardada del sol, mantenía una temperatura óptima para los perros, además con el barco en funcionamiento corría una agradecida brisa.

Las jaulas considero que son bastante estresantes para los perros, sobre todo, para aquellos que no están acostumbrados, como Uma, a estar dentro de una.

Encima, cuando llegamos, estaban casi todas las jaulas llenas y había perros de todos los tamaños y temperamentos.

La mayoría ladraba o lloraba y cuando puse a Uma en una de las jaulas se quedó muda, rollo «no entiendo nada».

viajar con perro en barco

Las jaulas vienen preparadas con un cuenco de agua para que el perro pueda hidratarse durante todo el trayecto.

Le preguntamos al personal de tripulación que se encargaba de esta zona si sería posible salir a mitad de trayecto para ver el estado de Uma y nos dijo que no, ya que los perros se estresaban más, así que aguantamos el tipo todo el viaje.

¡Qué intranquilidad!

Afortunadamente, en los siguientes viajes, Balearia ideó la instalación de webcams. ¡Menuda tranquilidad para nosotros!

Durante todo el trayecto pudimos ver a Uma a través de una app móvil y fue canelita en rama.

¡Muchas gracias Balearia!

En nuestro primer viaje, cuando llegamos al puerto de Denia, yo me tuve que quedar con las maletas en el interior del barco, así que mi chico fue a por Uma, y se la encontró bien pero sedienta perdida…

Y es que, cabezonería suya, no quiso beber del cuenco que le pusieron… ¡Será posible!

Cuando la vi con la lengua de lado como una loca, le di en su cuenco portátil agua, y se lo bebió del tirón…

viajar con perro en barco

Han sido tantos trayectos estos años, que ya tenemos todos los trucos aprendidos: si bien la primera vez solo preparé a Uma agotándola antes de subir al barco para que estuviera tranquila, ahora hecho manos de otros recursos, como el CBD o un spray relajante.

Los viajes cuando viaja en jaula ahora son mucho más apacibles para todos.

Viajar con perro en barco de Denia a Ibiza

La vuelta de Denia a Ibiza fue muchísimo mejor.

Primero, porque ya teníamos la experiencia de la ida, y lo que hicimos fue en vez de comprar la acomodación normal, compramos la acomodación bussiness que, atención, solo vale 2 euros más, por la sencilla de razón de que desde la acomodación bussiness hay una ventana que da a la zona de los perretes, así que imaginaos qué tranquilidad poder ir asomándonos a lo largo del trayecto para ver cómo estaba Uma.

Salimos a las 17 horas y a las 19 horas ya estábamos en la isla de nuevo.

Además, el responsable de los perretes era otro diferente al de ida y era mucho más majo y comprensible.

Éste sí nos permitió salir una vez a ver a Uma, pero con el cuidado de que ella no nos viera para no alterar al personal perruno.

Como teníamos la ventana en nuestra zona, no nos hizo falta salir.

Como la otra vez no quiso beber del cuenco de agua que no era suyo, le pusimos el cuenco portátil suyo y cuando fuimos a sacarla al llegar a Ibiza… ¡se lo había tirado todo encima!

Pero salió eufórica porque viajó súper fresquita y nada que ver con el primer trayecto…

Ella creo que captó que volveríamos a buscarla, cosa que no captó en el primer viaje, así que muy contentos con viajar con perro en barco.

Y más, como repito, que en las siguientes experiencias fue muchísimo mejor. ¡Ahora es un lujo viajar con ella!

Nuestra experiencia viajando en barco con perro

Podemos decir que nuestra experiencia a lo largo de los años ha sido muy positiva viajando con Balearia.

De una forma u otra, tenemos claro que volveremos a repetir en próximos viajes.

¿Habéis podido viajar con perro en barco?

¿Qué tal ha sido vuestra experiencia?

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13 comentarios

Hayde 31/07/2018 - 16:16

Qué gran aventura han vivido. Los estuve siguiendo por instagram 😉 A mí me da un poco de pendiente viajar con mi pequeño. La primera parte es en avión, no le veo mucho problema porque puede ir en cabina conmigo, pero después son tres horas en autobús y debe ir en el compartimiento del equipaje. No me gustaría que fuera encerrado tanto tiempo.
Saludos desde México.

Respuesta
admin 31/07/2018 - 17:01

Hola Hayde! La verdad es que da mucho miedo que viaje en ese compartimento… ¿No te permiten entrar en el bus con un transportín? Aunque sean 3 horas, seguro que viajará mucho mejor contigo que allí solo encerrado… Me parece peligroso, incluso. Infórmate bien, a ver si te pueden dar la posibilidad.
¡Un abrazo, Hayde!

Respuesta
Eva 01/08/2018 - 17:25

Uy, aquí en España (o por lo menos en Andalucía) también tienen que viajar en el «maletero» en autobuses que hagan rutas. Por eso jamás se me ocurrió viajar con Kenzo en autobús: alguna vez los he visto subir y me daba una pena impresionante. Bueno, y no te cuento un viaje por la serranía de Ronda. Mi trayecto era el más largo, el de la señora, por suerte, muy corto, pero lo tuvo que meter en el maletero y el perrito, el pobre, lloró como un descosido todo el trayecto. La gente del autobús intentamos convencer al conductor para que lo dejara en los asientos, pero fue inflexible: es la ley…
Por cierto, que me ha hecho gracia: Kenzo era otro que no bebía ni una gota si no era en su bebedero o alguno que le pusiera un familiar cercano!!!

Respuesta
admin 02/08/2018 - 08:09

Eva, pero con el calor que pasan ahí dentro… ¿cómo es posible? Si se pueden morir!!! Qué horror, no tenía ni idea del tema buses… Madre mía, si me he encontrado yo a personas que esas sí deberían viajar en el maletero de un bus de lo mal que olían…
Qué curioso lo del bebedero! Nos salieron escrupulosos los peludos! 😀
¡Un abrazo!

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