Tener un perro no significa tener la casa patas arriba. Puedes tener una casa con rincones súper chulos que casen la mar de bien con el resto de decoración de la casa. Yo, así lo intento, y con mayor o menor acierto, siento que cuando alguien llega a casa no le cabe duda de que es un hogar con perro.
A diferencia del anterior perro que tuve, Uma no suelta apenas pelo, por lo que con pasar la aspiradora cada tres días es más que suficiente. Este hecho también ayuda a mantener los textiles, muebles, cortinas, etc. con cero pelos, lo que ayuda a mantener la casa bastante más limpia. A esto hay que sumarle que no es una perra muy sucia, por ejemplo, cuando bebe lo hace dentro del cuenco, no va dejando gotas por todo, cuando come lo hace en su espacio, cuando sale al jardín y vas a regar, jamás pisa lo mojado y mucho menos hace sus cositas donde ve que se puede ensuciar mucho, me ha salido exquisita la perra, por lo que no le puedo estar más agradecida.
Uma pasa la mayor parte del tiempo en nuestra oficina, y como no, ella tiene ahí un espacio bien importante. Su preferido: el rincón con vistas a la calle. Le hemos dispuesto una tabla alta desde la cual puede tumbarse y descansar sobre su cojín y a la vez controlar lo que pasa en el exterior a través de la ventana. Os lo súper recomiendo para vuestros peludos, porque se entretienen mucho (a no ser que sean de los que se vuelven locos ladrando).
Es también en la oficina donde tenemos la cómoda para guardar sus cositas. ¡La de cosas que se llegan a acumular! Desde juguetes, toallas para el baño, champús, medicinas, correas, chapas, comida, etc. y todo bien colocado para que sea más fácil encontrar las cosas. Tener un espacio solo para ella es una buena idea para encontrar las cosas a la primera. El error que cometí con mi otro perro es que guardaba las cosas en diferentes sitios y al final perdía muchísimo tiempo buscando cosas cuando las necesitaba y no las encontraba. ¡Ahora no me pasa!
Como no, en la cómoda descansan su querido premio (a la mejor red social de mascotas 2016) y su retrato en ilustración de Goat Lucky.
Y es también en la oficina donde tiene su caja de juguetes, en el suelo, para que tenga acceso siempre que quiera. Siempre que vienen visitas a casa, lo primero que hace Uma después de saludar a todos, es ir a su caja de juguetes y llevar uno a uno los juguetes que le da ese día llevar: el peluche de reno, la pelota, la cuerda, el cerdo… ¡Acaban todos hasta el moño de tanto juguete!
Nosotros compartimos dormitorio con Uma. Tiene su cojín que siempre debe tener un hueso o asta de ciervo (porque tiene la manía de morder algo antes de dormirse) y se lleva siempre un peluche (el de reno). Sí, es como una niña humana…
Pero a medianoche, cuando ya estamos profundamente dormidos, sube a los pies de nuestra cama y nos despertamos siempre con un obstáculo en nuestras piernas…
En el salón, también tenemos su rinconcito para que descanse mientras vemos algo en la tele pero, sinceramente, lo aprovecha más cuando comemos, que sabe que no puede molestar y se retira a su rincón a echarse un sueño para no pasar gula.
Y, finalmente, esta es su zona de comer, donde tiene su agua y su cuenco para comer.
Y, ¿tú? ¿Tienes rincones para tu peludo?
2 comentarios
Jajaja que bueno este post, la verdad es wue nuestro Pancho también tiene sus lugares de estar en casa. Ese dato de la cómoda para las cositas de Uma está genial, a ver si lo copio porque siempre me hago un lío buscando las cosas de Panchito. Saludos!
Qué bien, con sus rinconcitos. Kenzo también tiene la suerte de no soltar nada de pelo, así que se pone en un sillón que protegemos con una sábana. Tampoco es muy «escandaloso» comiendo ni bebiendo: ahora con sus problemillas de dientes sí que se le escapa alguna croqueta del plato, pero después de terminar se las recojo y no pasa nada, la casa sigue ordenada y no huele nada. La verdad es que me gustaría que usara una alfombra para dormir que he comprado, pero no la quiere ni ver.