El perro: un miembro más de la familia

por admin
el perro, un miembro más de la familia

A menudo me preguntan: ¿no quieres formar una familia? Y yo siempre contesto: ya tengo una familia.

Y es que mucha gente no entiende que hay nuevos modelos de familia, y uno de ellos es el formado por humanos y una mascota (o varias).

En mi caso, nosotros dos y Uma formamos una familia estupenda.

Y somos una familia porque consideramos a Uma un miembro más, de ahí que todos los planes que solamos hacer, incluyamos a Uma en prácticamente todos.

perro: un miembro más de la familia

El perro es un miembro más de la familia

Nosotros no queremos tener hijos. Nos sentimos completamente plenos con nuestras vidas y, especialmente, con nuestra vida con Uma.

¿Significa que Uma suple ese «vacío» por llamarlo de alguna manera? En absoluto.

Para empezar, porque no hay ningún vacío que llenar, y segundo, porque si lo hubiera, creo que sería un error.

Un perro es un miembro más de la familia, pero debe ser tratado como tal, respetando su naturaleza y evitando humanizarlo.

¿Por qué? Porque sencillamente queremos que Uma sea feliz, y solo puede serlo si la tratamos como lo que es: un perro y no un niño.

Humanizar es lo peor que podemos hacer para la salud mental de nuestro perro.

He visto perros a quienes les pintaban las uñas, perros a los que paseaban en carricoche, perros que hasta han tatuado, han puesto pendientes… ¡Una locura!

Si nos pusiéramos en su lugar, por muy bien que nos trataran, ¿nos gustaría que a nosotros en un mundo paralelo nos trataran como perros?

¿O nos gustaría que pudiéramos convivir conservando cada uno nuestra identidad en total armonía?

Pues eso es lo que intentamos con Uma.

Somos conscientes en todo momento que es un perro e intentamos que sea siempre un perro.

A veces pecamos de humanos y no podemos evitar besarla continuamente pero, por lo demás, dejamos que disfrute de lo que es.

Permitimos que se revuelque en algas cuando quiera porque le encanta, que se relacione lo máximo que pueda con perros, que disfrute de la libertad de correr por el campo, playa o bosque, que olfatee todo lo que quiera (hay que permitirles que olfateen mucho) y que nos acompañe siempre que pueda porque los perros son animales de manada (de ahí que lo pasen tan mal cuando la «manada» se desperdiga).

perro, un miembro más de la familia

Y, como un miembro más de la familia, queremos lo mejor para Uma. Por eso, no descuidamos ningún aspecto de su vida:

  • En el tema de alimentación buscamos lo mejor para ella: alimentación nutritiva libre de químicos y lo más natural posible.
  • En cuanto al tema veterinario estamos siempre pendientes: ya que un perro no puede manifestar oralmente lo que tiene, al mínimo síntoma de malestar consultamos con nuestra veterinaria todas las dudas, cumplimos a rajatabla el calendario de vacunación y de desparasitación, etc.
  • Nos preocupamos de bañarla cuando toca, de limpiarle los oídos y los dientes con asiduidad, cepillarla de vez en cuando y cortarle el pelo cada dos meses, ya que si bien no suelta pelo, sí le crece constantemente, de ahí que al final adquiriéramos un maletín de peluquería (salía más económico que llevarla al salón).
  • En el tema social siempre procuramos que se relacione de forma natural, es decir, sin obligarla pero indirectamente que tenga contacto con los de su misma especie. Como las personas, ellos eligen quiénes forman parte de su círculo de amistades y quiénes no. Nosotros procuramos que cada día juegue e interactúe con los perros vecinos.
  • En el tema educativo, siempre hemos educado a Uma en positivo (sin castigos ni gritos) y desde la psicología canina. En este sentido, siempre hemos sido nosotros más perros para facilitarle las cosas.

Uma, la chispa de nuestras vidas

En definitiva, Uma forma parte de nuestra familia.

Planeamos nuestra vida pensando en ella: si vamos a un restaurante priorizamos el que nos dejen estar en la terraza con ella.

Si vamos a tomar algo, lo mismo.

Si planeamos algún viaje siempre miramos lugares dogfriendly… Porque, ¿nos vemos obligados? No, porque realmente queremos que Uma disfrute de los mismos planes que nosotros.

Porque somos tres y cuando falta ella parece que estamos cojos. Pero, evitando que sea una perrhija, y sí un miembro más de mi pequeña familia.

¿Os pasa a vosotros? Yo siempre digo lo mismo: Se puede vivir sin perro, pero no vale la pena.

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6 comentarios

Covadonga 02/06/2017 - 08:42

De acuerdo contigo en todo, excepto en una cosa que me ha chirriado un poco. Yo tengo tres y en nuestro tiempo de ocio y vacaciones van siempre con nosotros. Moverse por el mundo con tres correas es harto complicado sobre todo cuando son perritos pequeños que hasta te los pueden pisar, por eso, a veces y cuando viajamos, los llevo en un cochecito especial de perros. No creo que eso sea humanizarlos. Ellos van comodísimos sentados mirandolo todo. Nos podemos parar en cualquier terraza porque yendo en el cochecito no te ponen pegas y ellos se quedan tan tranquilos esperando su premio que son unas miguitas de lo que hayamos tomado. Eso por no hablar de la cantidad de guarrería de menos que traerían en las patas, porque…. ¡cómo estan las ciudades !!!!
Los baño a menudo porque me encanta tenerlos limpios y oliendo bien ya que duermen con nosotros, se suben al sillon….. Son obviamente parte de la familia y si eso es estar humanizados…. la verdad es que los míos parecen encantados de la vida humana que llevan. Eso sí, no les pinto las uñas ni les he puesto pendientes. Algún lazo de vez en cuando…..

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admin 02/06/2017 - 09:02

Hola Cova! En efecto, un carro es muy cómodo para ti, porque es cierto que es una locura andar con tres correas, y seguramente pensarás que para tus perros también es comodísimo, pero si pudiéramos preguntarles te aseguro que ellos preferirían ir andando, interactuando con el mundo a través de su olfato, oliendo otros pises, ejercitándose con la falta de ejercicio que necesitan y, aunque odiemos este hábito, revolcándose en la porquería más apestosa que se hayan encontrado. Eso para ellos es felicidad porque les dejamos ser perros.
Por eso comentaba que a mí me da igual que se revuelque en algas como es el caso de Uma o que tengamos muchas veces que esquivar a un montón de gente cuando paseamos por la sucia ciudad, al final del día, un bañito lo arregla todo y Uma cae rendida en su cama.
Y a veces es muy difícil hacerlo, porque de hecho un estudio ya confirmó que los perros tienen la inteligencia de un niño de 2 años, por lo que es muy fácil confundirnos y tratarlos como pequeños humanos, algo peludos.
Un abrazo Cova!!!

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Eva 06/06/2017 - 13:22

Qué alegría me da leer esto!!! A mí, muchas veces, me «regañan» porque dejo que Kenzo olisquee todo lo que apetezca, socialice todo lo que quiera con otros perros… Me da un poco de rabia la gente que cruza incluso de acera o se sale a la carretera porque no quieren que su perro se acerque al tuyo a olisquear, a conocerse… Yo jamás he hecho algo así: Kenzo a veces es excesivamente sociable y quiere acercarse a todos los perros y le dejo, siempre que lo haga tranquilamente; alguna vez que otra le han ladrado, nos retiramos y ya está, pero por lo menos hay que intentarlo. Tal vez pienso así porque en casi 13 años que llevo con él, tan solo en una ocasión fue él el que empezó a ladrar a un pobre perro que se le acercó, pero ha tenido siempre interacciones muy buenas con perros de todas las razas y sabe defenderse muy bien, siempre que no le pillen por la espalda, que han sido los dos sustillos que hemos tenido.
Y aunque se haga un pelín largo, tengo que opinar sobre el tema del carrito porque ahora estamos en esa disyuntiva. Personalmente, no soy nada partidaria de carritos (o de llevar en brazos) a perros jóvenes o sin problemas físicos. Con Kenzo ahora me estoy planteando esta posibilidad pero nada más que por un hecho muy claro: tiene 16 años, anda muy despacio y tiene que hacer paradas muy frecuentes. Entonces, esto provoca que no lo lleve a más sitios de los que quisiera, así que para nosotros el carrito sería el instrumento para, por ejemplo, llegar al paseo marítimo, al Parque (largos desplazamientos) y una vez allí, sacarlo y que él vaya andando porque si he podido disfrutar de un perro sano y delgado es por todo lo que le gusta andar: a su edad, no le quites tú de sus buenos 45-50 minutos de paseo, muy despacito, sí, pero si él puede, los demás también!!!

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admin 13/06/2017 - 18:30

Eva! Qué campeón es Kenzo! Por supuesto que en esas excepciones yo también soy partidaria del carrito. Estamos hablando de un tema de salud. Yo estoy totalmente en contra de aquellas personas que tienen un perro y lo llevan cargando siempre, sin que el perro sufra de problemas de salud. Si el perro están en plenas facultades físicas, se debe dejar todo el tiempo que pueda en el suelo, pero como bien dices, si se trata ya de un problema de salud, por supuesto que no estoy en contra. ¡Todo por mejorar la calidad de nuestros peludos! Un abrazo Eva!!

Respuesta
Eva 07/07/2022 - 11:39

Hola! Me encanta tu punto de vista sobre cómo tratar a los perretes siendo lo que son, pero formando parte de la familia, cosa que muchas veces las personas que no tienen animales no entienden. Pero si es cierto que, a veces, es complicado saber dónde está el límite, demasiados mimos? Demasiada atención? Nuestro perrete tiene 9 meses y está entrando en la «adolescencia perruna» y está empezando a ladrar a otros perros cuando nunca antes lo había hecho y siempre había sido súper sociable tanto con perros como con personas. Esperemos que sea algo temporal y que ese digno de dominancia vaya desapareciendo.
Un saludo!

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admin 07/07/2022 - 12:51

Tienes toda la razón, Eva, los límites son muy complicados de poner…Plena adolescencia! Tu perro está onfire pero verás cuando pase esta etapa cómo se calmará.

¡Un saludo!

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