Hoy queremos compartir con vosotros la escapada con perro al sur de Francia que hicimos la semana pasada, en busca de la playa.
Ya sabéis que siendo de Ibiza y viviendo en Andorra, echábamos mucho de menos ver la playa y disfrutar de la arena, el mar y, sobre todo, los amaneceres.
Andorra es preciosa, pero no hay amaneceres. Al estar tan encajados entre montañas, no vemos salir el sol hasta prácticamente las 11 de la mañana cuando ya está bastante alto.
Por tanto, aprovechamos algo más de un fin de semana para hacer una escapada con Uma al mediterráneo francés.
Si quieres hacer algún viaje con perro a Francia, sin duda, te recomendamos nuestra escapada. ¿Nos acompañas?
Antes de viajar debes saber…
No solo te tienes que llevar tu documentación, si no, sobre todo, la documentación de Uma (pasaporte veterinario) y su maletita.
No olvides llevarte tu certificado de vacunación Covid porque lo piden en todos lados: heladerías, restaurantes, museos, etc.
Escapada con perro al sur de Francia
Como nosotros nos encontrábamos en Andorra, hicimos el viaje con perro en coche, dirección a Le Barcarès, distrito de Perpignan, a unas tres horas y media en coche, haciendo parada entre medias para que Uma hiciera pipí y bebiera algo de agua.
Nosotros alquilamos un apartamento con vistas al mar, concretamente, en Port Leucate, una zona muy turística, pero teniendo en cuenta que fuimos ya en octubre, es decir, temporada baja, estaba muy tranquilo.
Y, ¿lo mejor? que teníamos toda la playa para nosotros. Pensad que en temporada alta los perros tienen prohibida la entrada, por lo que no pudimos elegir mejor momento.
El apartamento era dogfriendly y lo conseguimos a través de Airbnb. Los anfitriones una pasada: nos recomendaron incluso sitios donde comer.
Como decía, salimos desde Andorra la mañana de un viernes y llegamos a Port Leucate al mediodía.
En Francia las cocinas de los restaurantes cierran a las dos – dos y media, por eso, tuvimos que ir al LIDL para comprar víveres y poder comer, y tras comer, fuimos directos a la playa para que Uma pudiera disfrutar de ella.
No sabéis lo que disfrutó haciendo la croqueta en la arena, bañándose en la orilla del mar, corriendo como una poseída por la playa…
Port Leucate tiene un paseo marítimo que no tiene fin… Así que desde nuestro apartamento y tras 45 minutos andando, recorrimos parte del paseo, admirando el paisaje dunar de la playa, observando las numerosas atracciones artísticas que hay, y nuestra recomendación: ver el barco Lydia, encallado en la arena.
Espectacular es poco. Te sientes como una hormiguita a sus pies.
Como la tarde nos pasó volando, dejamos el recorrido del resto del paseo para el día siguiente.
El sábado por la mañana decidimos madrugar para ver la salida del sol. Lo mejor de los amaneceres del mes de octubre es que no son nada madrugadores: a las ocho menos cinco salía el sol.
Y estas fueron las espectaculares fotos que captamos.
Tras desayunar, organizamos pasar toda la mañana en la playa, no sin antes visitar el pontón de Port Leucate.
Creo que es uno de los sitios más fotografiados por su belleza. Tuvimos la suerte de que salió un día espectacular y ya os podéis imaginar cómo disfrutó Uma…
Excursión a Perpignan
Tras comer, nos dirigimos a Perpingan, la capital que está a tan solo 20 minutos de nuestro apartamento.
Perpignan es una ciudad con muchísima vida y muy cosmopolita.
Recorrimos sus calles y aprovechamos para comernos un helado.
Excursión a Narbona y Carcasona
El domingo volvimos a madrugar para sentarnos a la orilla del mar para dar la bienvenida al sol. Creo que es un momento mágico y que recomiendo a todo el mundo, porque se siente tanta paz…
Una vez desayunamos, nos dirigimos a Narbona, a unos 40 minutos en coche.
Narbona, como Perpignan, es una ciudad muy viva, eso sí, había muchos más turistas que en Perpignan.
Recorrimos sus calles, cruzamos sus puentes, visitamos la catedral, la vía Domitia (la primera vía romana construida en Galia), el museo Horreum (galería subterránea que se cree fue almacén de un mercado romano), que por cierto, entramos con Uma en brazos.
Narbona nos encantó. ¡Qué gusto callejear en sus calles con tanta historia!
Tras comer en el restaurante l ‘Ave de la plaza de la catedral, pusimos rumbo a Carcasona, a unos 50 minutos en coche.
Carcasona es como entrar en un decorado para una película medieval… Es transportarte a otra época desde que cruzas al puerta.
Espectacular se quedaría corto: qué bonito perderse por sus calles, descubrir tiendecitas súper coquetas, hacer colas para probar un gofre o crepe, alucinar con las tiendas de golosinas…
Lo único malo fue la cantidad de personas que había: contamos como 5 autobuses fuera de turistas… Pero claro, era domingo y coicidía con el puente festivo de la Hispanidad, por lo que la mayoría de turistas eran españoles.
Seguro que entre semana y sin puentes, es mucho más agradable.
Nosotros no encontramos ni un bar o cafetería en la que sentarnos para relajarnos un poco. Nos tuvimos que comer un gofre encima de la pared de un muro, eso sí, nos supo a gloria.
Excursión a Villefranche de Conflent
Aunque no lo teníamos previsto, de camino a nuestra escapada nos enamoró un pueblo totalmente amurallado, así que nos dijimos que a la vuelta a casa, haríamos parada.
Así que el lunes, nos volvimos a levantar temprano para ver por última vez la puesta de sol en Leucate Plage.
Y pusimos rumbo a casa, parando en Villefranche de Conflent, una ciudad totalmente amurallada con muchísimo atractivo.
No me lo esperaba pero creo que me gustó más, incluso que Carcasona.
Sus calles están tan bien cuidadas, respetando absolutamente la estética medieval, y con atracciones divertidas (como hacerte fotos en paneles) o visitar una gran cueva donde se refugiaba el ejército francés (también puedes entrar con perro).
Un viaje inolvidable, en el que disfrutamos muchísimo, no salió nada caro, y en el que vivimos muchas cosas en poco tiempo.
No tenemos dudas: si quieres hacer una escapada con perro al sur de Francia, creo que este plan puede ser perfecto.
¡Os dejamos el vídeo!
Oh, la, la! La France! La France est très jolie!